viernes, 8 de enero de 2016

¿Cuanto Vale un Juicio de Valor?

Sí, es cierto que cualquiera puede decir cualquier cosa. El camino de la intención está lleno de rosas y de espinas. El Sidereus nuncius puso a Galileo en el camino de la palestra, al ser el primer tratado científico basado en observaciones astronómicas. Muchos hombres letrados de la epoca, a pesar de su "renaciente" calidad humana, vieron un peligro en lo que Galileo predicaba: que la tierra no era el centro del universo,  sino una estrella más en un sistema heliocéntrico, como más tarde confirmara Copérnico. Y de esa forma, personas que de ninguna manera conocían su valor, comienzan a divulgar rumores en contra, una guerra, una intención malévola en ellos, solo por un "parecimiento personal".
Decimos en PNL que la imagen que percibes de una persona en los primeros 5 segundos que le conoces, guiará tus decisiones sobre esta el resto de tus días (5 segundos, 5 minutos, 5 horas). Pero, como seres humanos de este siglo,  tenemos que entender que la mayoría de las veces, esa imagen que nos hemos hecho es un producto nuestro,  que no coincide, ni jamás coincidirá con la persona. Todo lo que conocemos son "modelos". El amor es un modelo donde le damos características superlativas a una persona amada, y donde le vemos a esa persona mejor que cualquier otra en su tipo. El rencor, es un modelo ideal de una persona donde podemos relacionar esta con sucesos de nuestro pasado, con alguna esperanza que esta o este haya causado en nosotros y que no se haya cumplido. Lo que sabemos de matemáticas son modelos. En fin,  pensamos en modelos (o mapas), y lo que difiere a esos modelos puede guiar nuestras decisiones y sentimientos en favor o en contra. Lo que se parece a los modelos que hemos aprendido, nos parece fabuloso, agradable, a veces aburrido, etc. Pero generalmente nos produce sensación de
bienestar.
Pero aquello diferente ("¿quién se cree el Galileo este para decirme que yo no soy el centro del universo?"), nos puede dar miedo, inconformidad, escozor,  deseos de salir corriendo, por mencionar solo pocos.  Y según esos sentimientos vamos a actuar. Se "nubla" la razón, queriendo decir al último que muchas veces dejamos que nuestro cerebro reptiliano/límbico se imponga sobre el
neocortex, padre de la razón. Y así,  actuamos. Como éste  señor Martin Horky (busca en google) que derramó toda su furia sobre Galileo sin conocerle, sin darle permiso a la razón de que se impusiera.
Nosotros,  como espectadores, vemos suceder estos enfrentamientos en muchos momentos de nuestras vidas, y observamos que se incrementan en tiempos de crisis. Sabemos que el Ego juega un papel muy disparatado en no conceder juicio a la razón. Vemos seres "superiores" de repente actuando en contra de otros, sin razón.  Oímos, personas que nos llegan con rumores malintencionados de otras. Olfateamos, que lo que te están diciendo es un chisme. Sentimos, como se miran y se tratan esos dos buenos amigos que entre ellos no se caen bien. Y hasta a veces degustamos con macabra sonrisa la forma como el grupo habla de esa persona que no se la lleva bien contigo.......

Lo cierto es que, ante todo esto, Galileo Galilei sobrevivió,  no fue quemado en la hoguera por la santa Inquisición, y a pesar de haber vivido confinado en su casa sus últimos días,  su vida fue un gran ejemplo, una vida digna de vivir, un IKIGAI, como dicen los japoneses.
Al final, nos queda de ejemplo la forma de actuar ante estas circunstancias, donde la fe y la mala fe nublan la razón:
1.-  Podemos actuar como los detractores de Galileo: Sin conocer, emitir o dar juicios a priori, y dar por sentado que esos juicios son dogmas. Podemos creernos el centro del universo, y mandar la razón al pozo de la inquisición, dando por sentado chismes, malas referencias,  opiniones sin fundamento,  dar rienda suelta a nuestras intenciones, o.....
2.- Podemos emprender en camino del
Humano de este siglo, un ser que conoce sus intenciones, pero a pesar de ello, trata al resto con respeto y tolerancia. Un ser que intuye e interpreta las intenciones de sus amigos y semejantes, y que les demuestra estar con ellos, a pesar de que muchas veces tiene que encararlos a desprenderse de sus juicios de valor, de las "imágenes" locas que se  han formado de un semejante "en los primeros 5 segundos" y donde "recuerdos" y "memorias" han distorsionado el verdadero compañero que podrán conseguir en esa persona.
 Sí, es cierto, nuestras emociones encementadas y recuerdos muchas veces van a hacer que algunas personas nos caigan bien, otras regular o mal. Pero para eso está nuestro Neocortex, "la razón". Y si falla, para eso están nuestros amigos,  para abrirnos los ojos ante los juicios de valor. Y si fallan nuestros amigos,  allí está  Dios. Él nos debe estar mirando. ............

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UN FUERTE ABRAZO!!!!!    
Lucindo Mora (@lucindom).

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